FORMACIÓN
En este módulo encontrarás todas las herramientas necesarias para aprender sobre literatura infantil y conocer estrategias pedagógicas y didácticas que permitan que la lectura sea un universo de aprendizaje para los niños.
¡Qué le leo!
CONOCE Y APRENDE A SELECCIONAR LECTURAS PARA LA PRIMERA INFANCIA Y LA INFANCIA
Antes de hablar sobre las características que deben tener los libros de acuerdo a cada una de las edades y la manera cómo podemos acercar a los niños a la lectura, es importante definir qué vamos a entender por lectura y qué vamos a entender por libro, porque, aunque son conceptos bastante claros para la mayoría de las personas, cuando los aplicamos a la primera infancia y a la infancia el espectro de ambas definiciones se amplía propiciando múltiples interpretaciones.
El diccionario de la Real Academia define la lectura, en sus tres primeras acepciones, como: 1. Pasar la vista por lo escrito o impreso comprendiendo la significación de los caracteres empleados. 2. Comprender el sentido de cualquier otro tipo de representación gráfica. Leer la hora, una partitura, un plano 3. Entender o interpretar un texto de determinado modo. En dos de las tres definiciones el concepto de lectura está directamente relacionado con la escritura, como proceso de decodificación de un código susceptible de ser interpretado. Si nos ceñimos a esta definición en relación a la primera infancia y la infancia tendríamos que partir de que el acercamiento y decodificación de ese código escrito se da apenas hasta 4 o 5 años, y entonces ¿qué hacemos el resto del tiempo? y si les leemos a los niños antes de esta edad ¿qué es lo que realmente queremos lograr?
Cuando hablamos de la lectura en la primera infancia la interpretación se amplía, partimos de que no solo desciframos códigos escritos, sino que, como seres humanos, convertimos el mundo en el que vivimos en un complejo sistema de signos y símbolos que interpretamos y en consecuencia terminamos leyendo. Evelio Cabrejo plantea que comenzamos a leer desde que estamos en el vientre de nuestra madre, porque desde ese momento de una manera sensorial reaccionamos frente a diferentes estímulos y diferenciamos unos de otros; cuando salimos del vientre el mundo se convierte en un infinito universo de formas y de sonidos, por eso el bebé está constantemente observando y difícilmente mantiene la mirada fija en un solo objeto, en esta fase todo le genera curiosidad y quiere abarcar el mundo con su mirada; cuando ya comienza a gatear el cuerpo se convierte en otro instrumento de lectura, las manos y la boca pasan a ser herramientas que le facilitan acercarse al mundo, poco a poco lo recorre, identifica que su identidad es diferente a la de sus familiares, a la de los objetos que ahora puede señalar y cuyos nombres comienza a balbucear, en esta etapa los rostros, las expresiones y los sonidos empiezan adquirir significado. Los niños aprenden a leer el mundo que está a su alrededor antes de tener la capacidad de articular sonidos, aprenden a descifrar rostros, expresiones, sonidos, colores, presencias y ausencias. La lectura es un mundo basto que no se limita a los libros, sino que se extiende a la interacción con cada elemento del espacio que los rodea. No es arriesgado afirmar que “La vida entera de un ser humano depende de su capacidad de leer todos los signos que le permiten saber quién es, cómo lo ven los demás, lo que necesita, los peligros que lo amenazan, lo que piensan los demás, la forma como deben proceder en cada situación.” (Cajiao, 2013)
Con todo lo anterior, podemos decir que la lectura está presente en la vida de los niños mucho antes que el código escrito, esta hace parte de las capacidades innatas del ser humano, por eso lo único que debe preocuparnos es cómo facilitarles a los niños el ingreso al mundo del lenguaje y convertir esa experiencia en un recuerdo grato y significativo que facilite la escritura en una etapa posterior.
Existen infinidad de referentes de lectura, por lo cual no es difícil responder a la pregunta ¿por qué leerle a los niños? la respuesta es bastante sencilla si entendemos que somos los traductores de su mundo, y que el mundo para los niños es tan grande como aquello que nos tomamos el tiempo de nombrar, de expresar y de acercar a su realidad a partir de diferentes estrategias. De ahí podríamos responder otra pregunta que no hemos formulado ¿por qué es importante leerles a los niños?, primero porque entendemos por lectura algo que va más allá del formato libro y que consiste en esa traducción que les hacemos a ellos del mundo, por eso la voz es una herramienta fundamental en el ejercicio de la promoción de lectura, porque a través de ella acercamos los objetos y la realidad a su universo de lenguaje. No pretendemos que los padres de familia, docentes o cuidadores estén con un libro detrás de los niños desde el momento que nacen, sino que conozcan cómo a partir de los cantos, los arrullos, las nanas, las historias orales, la expresión y el lenguaje corporal podemos establecer un lazo que luego atravesará el mundo de las imágenes hasta llegar al mundo de lo escrito.
Selección de libros
Los libros nunca dejarán de ser ese maravilloso dispositivo de ideas y memorias que son el legado de generaciones y generaciones que garantizan que un mensaje dado en una época con una intención determinada se transforme en las manos de cada lector, siempre será un objeto mágico que cada vez que abrimos se transforma y nos lleva a mundos diversos. La única diferencia es que ahora los libros para niños han sido pensados con múltiples intencionalidades y funcionalidades que le facilitan la labor a los padres de familia o cuidadores.
A la hora de seleccionar los libros adecuados, lo primero es dejarse guiar por las clasificaciones que podemos encontrar en las librerías y en las bibliotecas, que responden a la intención de los autores, posteriormente debemos hacer una lectura previa de ellos, primero porque siempre hay excepciones y pueden haber errores en la catalogación o en la clasificación, segundo porque somos nosotros los mediadores en ese mundo para los niños y si no logra primero cautivarnos a nosotros, es muy probable que no logremos transmitirles esa sensación o ese sentimiento a los niños y esa definitivamente se convertiría en una lectura fallida, que los alejaría del mundo de la narración oral y de la exploración visual que pueden iniciar durante la primera infancia y la infancia.
Por libro infantil vamos a entender aquellos impresos que aparecen en la medida en que la noción de infancia se transforma y los niños comienzan a ser vistos como sujetos no solo de derechos sino en formación y con unas necesidades particulares. En un principio los libros infantiles tienen una función moralizante, educativa y por lo general son una expresión de las narraciones orales. En el siglo XX y el siglo XXI las posibilidades y las transformaciones del libro infantil han tenido un gran auge propiciado por la industria editorial. Los podemos dividir en:
Libro ilustrado: El Orbis Pictus del monje checo Jan Amos Komenski es considerado como el primer libro ilustrado para niños. Fue publicado por primera vez en 1658, este libro tuvo una profunda significación para el desarrollo de materiales infantiles con intereses pedagógicos. En los libros ilustrados las imágenes acompañan el texto y por lo tanto se puede prescindir de ellas y tener una comprensión total del mismo.
Libro álbum: Se reconocen porque las imágenes ocupan un espacio importante en cada una de las páginas. Entre las imágenes y los textos existe una interdependencia que sugiere que el libro no funciona si alguno de estos dos códigos está ausente. Muchos libros álbum utilizan únicamente imágenes, crean una narrativa visual mucho más cercana al público objeto: niños de 0 a 5 años.
Libro animado: Estos libros coinciden en el movimiento y la animación. Los mecanismos y artificios que utilizan producen una serie de efectos que van desde el simple movimiento como transformación de escenas a la aparición repentina de elementos. A pesar de tener una apariencia de libro común, el factor sorpresa es su rasgo particular. Son considerados como libros animados: los libros troquelados, libros de tela, libros juguete, etc.
“La selección de libros que se orienta a partir del criterio de que niños de cierta edad no están listos para ellos es sumamente antipedagógico, ya que es una forma de evitar que los niños aprendan cosas que nosotros suponemos que desconocen.” (Nodelman, 2001) Podemos mencionar algunas capacidades que se pueden propiciar en los niños de acuerdo a las edades ciñéndonos a los lineamientos de selección del Ministerio de Cultura en su plan de lectura Leer es mi cuento e indicar algunos materiales recomendados. Pero como veremos a lo largo de estas seis semanas, los libros son fuentes inagotables de interpretación y un mismo libro se puede trabajar igual de bien con diferentes edades si cambiamos su función y su intención.
Materiales:
- Libros infantiles que tengamos en casa
- Materiales que tengamos a la mano
El objetivo de esta actividad es seleccionar un libro, clasificarlo y proponer un ejercicio de lectura con los niños, de acuerdo a su edad.
- Para poder desarrollar esta actividad te invitamos a participar de la clase en vivo o visualizarla en el enlace de tutoriales. Es importante que conozcas algunos conceptos claves que te ayudarán a la hora de seleccionar y clasificar el libro.
- Ahora sí, busca un libro cualquiera de tu biblioteca, léelo, analiza muy bien la relación que existe entre la narración y las ilustraciones. Identifica si hay elementos sorpresa como texturas, irregularidades en el libro, partes que se pueden abrir y cerrar o cualquier elemento que se pueda extraer.
- Después de una observación minuciosa clasifica tu libro en ilustrado, álbum o animado.
- Ahora revisa en la pasta, la portada, contraportada o páginas legales si existe alguna información sobre la edad recomendada para el libro. Si no la encuentras léelo varias veces y trata de definir para qué edad puede ir dirigido.
- Cuando tengas claro la edad con la cual puedas trabajar el libro, construye una estrategia de lectura. Puedes hacerlo sonoro a través de la creación de instrumentos musicales creados en casa, puedes darle un ritmo para cantarlo, también puedes jugar a leer solo una parte del libro y construir nuevos finales o reforzar algún elemento de la lectura a partir de la ilustración o creación de personajes o espacios con imágenes, origami o títeres.
- Las posibilidades son infinitas, solo necesitas de tu imaginación para que el libro sea un recurso inagotable a la hora de leer con los niños.
- Arizpe, E. (2003). Lectura de imágenes: Los niños interpretan textos visuales. México D.F., México: Fondo de Cultura Económica.
- Cabrejo, E. (2003). La lectura comienza antes de los textos escritos. Nuevas hojas de lectura, Fundalectura, 12-19.
- Carle, E. (2002). La pequeña oruga glotona. Madrid, España: Kokinos.
- Derouen, J. (2013). Voy a comedte. Madrid, España: Kokinos.
- Flórez, R. (2013). Leer y escribir en los primeros grados: Retos y desafíos. Bogotá, Colombia: Universidad Nacional de Colombia.
- Kaufman, A. (1993). Qué aprenden los niños cuando escriben cuentos. Buenos Aires, Argentina: Santillana.
- Herrera, L. (2015). El sol, la luna y el agua. Barcelona, España: Ékare.
- Lionni, L. (2008). El pequeño azul y el pequeño amarillo. Sevilla, España: Kalandraka.
- Ministerio de Cultura. (2012) Criterios para seleccionar materiales de lectura y conformar colecciones para la primera infancia. Bogotá, Colombia: Leer es mi Cuento.
- Ospina, G. (2016). El libro álbum: Experiencia de creación y mundos posibles de la lectura en voz alta. Bogotá, Colombia: Editorial Pontificia Universidad Javeriana.
- Rodari, G. (2017). Confundiendo historias. Sevilla, España: Kalandraka.
- Rodari, G. (2011). Gramática de la fantasía: Introducción al arte de contar historias. Bogotá, Colombia: Editorial Panamericana.
- Rosen, M. (1998). Vamos a cazar un oso. Caracas, Venezuela: Ékare.
- Trivizas, E. (2011). Los tres lobitos y el cochino feroz. Caracas, Venezuela: Ékare.
- Wild, M. (2011). Beso, beso. Caracas, Venezuela: Ékare.
En este cuento Gianni Rodari, autor de obras como Gramática de la fantasía y Cuentos por teléfono, nos sorprende con una historia divertida; cualquier lector desprevenido podría decir que es otra versión de Caperucita Roja, pero Confundiendo historias va más allá, en este cuento hay un claro componente pedagógico, que resalta la búsqueda del autor por hacer de la lectura un juego y por lograr que la literatura no sea únicamente una historia que se cuenta sino que se convierta en una historia en la que se involucra directamente al lector. En este cuento el narrador es el abuelo, quien le relata a su nieta la historia de Caperucita Roja, el problema es que el abuelo tiene serios problemas de memoria y olvida los pequeños detalles de la historia, como los personajes, los objetos y los lugares. La nieta corrige constantemente al abuelo, mientras Caperucita se encuentra totalmente indignada por su falta de memoria. Vale la pena señalar que gráficamente la ilustración se construye a partir de formas simples, que resaltan el color más que la construcción figurativa de los personajes. En la medida que vamos leyendo pasamos de ser meros espectadores a ser, al igual que la nieta, oyentes de esa historia mal contada y donde inevitablemente terminamos riéndonos de las ocurrencias de este abuelo tan particular. Confundiendo historias más que un cuento es una estrategia de promoción de lectura que nos facilita capturar la atención de los niños, nos recuerda que el ejercicio de lectura siempre debe ser interactivo y divertido.
Título: Confundiendo historias | Autor: Gianni Rodari | Ilustrador: Alessandro Sanna | Año de publicación: 2004 | Editorial: Kalandraka | Páginas: 40 |